Reggaeton

Por tinieblas azabache

bruñidas de luz envolvente

el peso en rodilla gravita

con fervor inquebrantable.

Mitologías sempiternas, fricciones,

rayos láser y arcos iris de estrépito

restauran un culto arcaico

cuando imanan cinturas subterráneas.

Criaturas fabulosas se agitan

en la sordidez promiscua de los cuerpos

a manera de astros entregados.

Oyen lo que no se expresa,

ven lo que no se plasma.

Son satélites sin rumbo

abocados al quehacer excesivo

de sus órbitas.

Algunos dirán que todo esto

no es más que condición de bestias

sometidas

a lo inasible e incontrolable.

Pero qué pesar del bien ajeno

se apodera de quien no baila

mientras la ligereza del movimiento

asalta, sin contemplaciones,

inescrutables planetas

de bienaventuranza.