Himno a Bogotá
- acueval83
- 29 ene 2024
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 2 feb 2024

Es cierto, siempre has pensado en marcharte
a una villa tranquila, cerca del mar.
Mas no te vayas, desengáñate:
esta ciudad ya es parte de ti y la tarde
aún espera su momento preciso y
se agita como estilográfica ante
una página en blanco.
Solos tú y Bogotá en el mundo,
cogidos de la mano,
reparáis en el andar de sus gentes
al final de la jornada
(al volver de sus labores casi flotan
en el aire).
Las sonrisas insinúan en los rostros
un alivio de lavanda mientras
las muchachas amigas de la noche
resplandecen de neón en
las tabernas y huelen a estrellas como
la aurora sabe a frutas.Y, de repente, ríes… porque siempre
es así,
como si todo, todo, se hubiera ido borrando
(el tráfico, las fachadas inacabadas, los gritos, los desperdicios fétidos
e, incluso, la engreída torre Bacatá)
cuando tropiezas con la mirada
inesperada
de esa persona desconocida
que anhelabas desde un
verano lejano.
Y quieres celebrar el hallazgo,
sientes sed y entras en
la tienda de abarrotes, parloteas y escuchas
petirrojos sempiternos.
Ya el siseo de las moscas
es melodía y bailas
ebrio hasta la madrugada
porque al día siguiente
será fiesta y otra vez, de nuevo,
el púrpura del cielo emergerá
como cada día al caer el crepúsculo en los cerros.
La engreída torre Bacata
Comparto video de mi entrevista con el director del Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas
https://youtu.be/BalfGsCwmBU?si=sJ9AdTyZ6gA2426r